Dos elementos adversos han estado trabajando en el lado de la oferta de la economía global: los desastres naturales en Japón en marzo redujeron el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) japonés, sin ellos el país hubiera crecido alrededor de 2% y contrariamente descendió 2.4%.
El segundo choque de oferta negativo fue la pérdida por alrededor de 3.2% de los suministros mundiales de petróleo, como consecuencia de las interferencias políticas en el Medio Oriente, a pesar de que esto ha sido parcialmente reemplazado por la producción de Arabia y por la liberación de reservas de petróleo por parte de la Agencia Internacional de Energía.En este sentido, si el aumento de los precios del petróleo es permanente, se reduciría el poder adquisitivo de los consumidores en las economías desarrolladas alrededor de 1% este año, sin embargo, el impacto en el crecimiento del PIB puede ser mayor que éste.Del lado de la demanda, la política macroeconómica se ha reforzado en los últimos meses; en Estados Unidos (EU) ha habido un gran enfoque en la política fiscal del gobierno federal, que apenas ha cambiado este año en comparación con el pasado, pero incluso el principal cambio en la política fiscal de este año ha llegado a partir de recortes de gastos por parte del estado y del gobierno local, situación que ha reforzado la política fiscal global.Por otra parte, fallas políticas infligidas en EU y en la Zona Euro en las últimas semanas han dado lugar a la tensión financiera y aumento de los diferenciales de crédito.Por último, el factor que podría llegar a ser el más duradero es el proceso de desapalancamiento de la deuda en las economías occidentales. Esto ha dejado a los hogares en un estado mucho más débil para hacer frente a las crisis; en lugar de disminuir su ahorro, los hogares han reducido rápidamente su gasto, por lo que un debilitamiento en el consumo ha sido una de las causas principales de la desaceleración en la demanda global.