Tanques del gobierno libio bombardearon el lunes partes de Trípoli, después de que los rebeldes llegaran al corazón de la ciudad y una multitud saliera a las calles a celebrar lo que describen como el fin de cuatro décadas en el poder de Muammar Gaddafi.
Los tanques salieron del bastión de Gaddafi en el centro de la capital libia y disparaban municiones, dijo un portavoz rebelde.
Se podían escuchar disparos esporádicos mientras los líderes mundiales trataban de evaluar cuánto tiempo las fuerzas de Gaddafi podrían aguantar y cómo la fraccionada alianza rebelde podría dirigir el Estado desértico rico en petróleo.
Nuri Echtiwi, portavoz rebelde, dijo a Reuters en Trípoli: "Cuatro horas de calma siguieron a las celebraciones en las calles. Después lo tanques y camionetas con artillería pesada salieron de Bab al-Aziziya, el último de los bastiones de Gaddafi,
y comenzaron a disparar y bombardear la calle Asarin y la zona al-Khalifa"."Dispararon al azar en todas direcciones cada vez que escuchaban disparos", sostuvo.
Pese a la euforia entre los combatientes y sus partidarios en Trípoli y otros lugares, un portavoz rebelde, identificado por la cadena de televisión Al Jazeera solo como Nasser, dijo que las tropas del gobierno aún controlaban "un 15 ó 20 por ciento de la ciudad".
Previamente, los rebeldes, ondeando banderas opositoras y disparando al aire, entraron en la Plaza Verde, un lugar emblemático para el gobierno que lo usaba hasta hace poco para las manifestaciones masivas de apoyo a Gaddafi.
Los rebeldes rebautizaron el lugar de inmediato como "Plaza de los Mártires".
Dos de los hijos de Gaddafi fueron capturados por los rebeldes, pero el paradero del propio Gaddafi, uno de los líderes mundiales que más tiempo lleva en el poder, era desconocido.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el domingo que el régimen de Gaddafi estaba mostrando señales de estar desmoronándose, seis meses después de que disidentes inspirados en las revueltas en los vecinos Túnez y Egipto tomaran por primera vez las calles.
Obama instó al líder libio a entregar el poder y evitar un derramamiento de sangre.
Laila Jawad, de 36 años, que trabaja en una enfermería de Trípoli dijo a Reuters: "Estamos a punto de librarnos del Gobierno del tirano. Es algo nuevo para mí. Estoy muy optimista. Alabado sea Dios".
CONVOY REBELDE
Los rebeldes entraron en un convoy por el oeste de la ciudad.
En dos grabaciones de audio difundidas por la televisión estatal y siempre desafiante, Gaddafi pidió a los libios que pelearan contra los rebeldes.
"Temo que si no actuamos, quemarán Trípoli", dijo Gaddafi en una grabación de audio emitida por la televisión estatal. "No habrá más agua, alimentos, electricidad o libertad", aseguró el líder libio, quien afirmó que se quedaría en la capital "hasta el final".
Pero la resistencia inicialmente pareció haberse desvanecido en gran medida, permitiendo a los rebeldes y sus partidarios manifestarse en la plaza Verde durante la noche.
Cerca de la Plaza Verde, algunos jóvenes quemaron banderas del Gobierno de Gaddafi e izaron la bandera rebelde. Un combatiente de las Montañas Occidentales dijo: "Estamos tan felices: Llegamos aquí sin problemas".
Muchos residentes de Trípoli recibieron un mensaje de texto de la dirección rebelde diciendo: "Dios es grande. Felicitamos al pueblo libio por la caída de Muammar Gaddafi".
Gaddafi, un autócrata que tomó el poder en un golpe militar en 1969, dijo que había ordenado que los arsenales de armas se abrieran a la población. Su portavoz Mussa Ibrahim predijo una violenta revancha por parte de los rebeldes.
"se cometerá en Trípoli una masacre si una parte gana ahora, porque los rebeldes han llegado con tanto odio, con sed de venganza (...) Incluso si el líder se va o renuncia ahora habrá una masacre", afirmó.
Obama dijo en un comunicado: "La manera más segura para que concluya el derramamiento de sangre es simple: Muammar Gaddafi y su régimen deben reconocer que su gobierno ha llegado a su fin. Gaddafi debe reconocer la realidad de que ya no controla Libia. Debe ceder el poder de una vez por todas".
La OTAN, que ha respaldado a los rebeldes, afirmó que la transición en Libia debería ser pacífica.
TRIPOLI CAE RAPIDO
Después de seis meses de guerra civil que pareció estancada en el desierto por largos periodos, los rebeldes avanzaron rápido por Trípoli en un levantamiento cuidadosamente organizado lanzado la noche del sábado que coincidió con el avance de los combatientes por tres frentes.
Los combates estallaron después de una llamada a la oración desde los minaretes de las mezquitas.
Adel Dabbechi, coordinador del Consejo Nacional de Transición de los rebeldes, confirmó la captura de Saif al-Islam, hijo de Gaddafi.
La Corte Penal Internacional de La Haya, que reclama a al-Islam junto a su padre por cargos de crímenes contra la humanidad, confirmó que estaba retenido y dijo que debería ser extraditado para ser juzgado.
El hijo mayor del líder libio, Mohamed Gaddafi, se rindió ante las fuerzas rebeldes, dijo Dabechi a Reuters. En una entrevista televisada, el hijo de Gaddafi dijo que hombres armados habían rodeado su casa, pero luego declaró a Al Jazeera en un llamado telefónico que su familia y él estaban bien.
Hace sólo cinco meses las fuerzas de Gaddafi se disponían a aplastar el bastión rebelde de Bengasi en el este del vasto y escasamente poblado Estado del norte de Africa.
Les advirtió que "no habría clemencia o lástima" por sus oponentes. Sus fuerzas, dijo, los perseguirían "distrito a distrito, calle a calle, casa a casa, habitación a habitación".
Entonces Naciones Unidas actuó rápido, gracias principalmente al impulso el presidente francés, Nicolas Sakozy, allanando el camino para la creación de una zona de exclusión aérea que la OTAN, con una campaña de bombardeos, usó finalmente para ayudar al repliegue de las fuerzas de Gaddafi.
"Se acabó. Gaddafi está acabado", dijo Saad Djebar, ex asesor legal del Gobierno libio.
Los enfrentamientos en Trípoli entre la noche del sábado y la mañana del domingo dejaron al menos unos 376 muertos y 1.000 heridos, tanto entre los rebeldes como entre las fuerzas leales a Gaddafi, dijo a Reuters una fuente del Gobierno.
Reuters